Guerra de la Triple Alianza

Posted by Joel Ferreira | Posted in | Posted on 17:52

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Guerra de la Triple Alianza

Guerra de la Triple Alianza
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Mapa con fronteras actuales que señala parte de los territorios litigados (falta el área de Misiones) y los sitios de las principales batallas.

Fecha18641870
Casus belliCaptura del buque brasileño Marquês de Olinda y toma de la ciudad argentina deCorrientes por parte de tropas paraguayas.
LugarSudamérica
DescripciónDisputa hegemónica por la supremacía en la Cuenca del Plata
ResultadoTriunfo aliado (Argentina, Brasil y Uruguay) y tratados de paz y límites favorables al Brasil y a la Argentina. Derrota devastadora para el Paraguay, también derrota para elPartido Blanco -o Nacional- de Uruguay.
Beligerantes
Bandera de Paraguay República del ParaguayFlag of the Second Empire of Brazil.svg Imperio del Brasil
Bandera de Argentina República Argentina
Bandera de Uruguay Estado Oriental del Uruguay
Comandantes
Bandera de Paraguay Francisco Solano LópezBandera de Argentina Bartolomé Mitre
Flag of the Second Empire of Brazil.svg Duque de Caxias
Bandera de Uruguay Venancio Flores
Fuerzas en combate
Ejército de ParaguayEjército Argentino
Armada Argentina
Ejército de Brasil
Marina de Brasil
Fuerzas Armadas del Uruguay
Bajas
800.000 entre soldados y civiles (aprox)90.000 a 100.000 entre soldados y civiles

La Guerra de la Triple Alianza (18641870), llamada por los paraguayos Guerra Grande o Guerra contra la Triple Alianza, por los brasileños Guerra do Paraguai y por los uruguayos y argentinos Guerra del Paraguay, fue la guerra en la cual la Triple Alianza —una coalición formada por Brasil, Uruguay (adherentes al partido colorado uruguayo) y Argentina— luchó militarmente contra el Paraguay.

Existen varias teorías respecto de los detonantes de la guerra. En esencia, el revisionismo argentino y la visión tradicional paraguaya atribuyen un papel preponderante a los intereses del Imperio británico.1 2 La visión alternativa pone el acento en la agresiva política del mariscal Solano López respecto de los asuntos rioplatenses. Comenzó a fines de 1864 con las acciones bélicas entre Brasil y Paraguay; a partir de 1865 ya puede hablarse de «Guerra de la Triple Alianza»


En el periodo inmediatamente posterior a la independencia de América, Paraguay tuvo un duro régimen dictatorial de más de treinta años encabezado por el Doctor Gaspar Rodríguez de Francia, intelectual paraguayo, considerado como una de las personas más ilustres de América del Sur, pero a su vez conocido por su despotismo y tiranía. Al final de su mandato, el país pudo romper décadas de aislacionismo y reabrir sus fronteras con sus vecinos. El resultado de más de treinta años de encierro, aunque para muchos parezca paradójico, fue la construcción de los cimientos para que, en las dos décadas siguientes, el país se conviertiera en uno de los más florecientes de América.[cita requerida]

A la muerte de Francia, le sucedió Carlos Antonio López, que impulsó notablemente el desarrollo socio-económico de Paraguay. Las relaciones internacionales se desarrollaron con rapidez, los productos distintivos del Paraguay tales como el tabaco guaraní, la yerba mate (Ilex paraguayensis), la stevia y el muy apreciado algodón paraguayo recorrían Europa y otras partes del Globo.

La primera línea ferroviaria, los primeros telégrafos y la primera fundición de hierro de toda Sudamérica se instalaban en las ciudades de Asunción e Ybycuí, mientras que el primer buque hecho en Latinoamérica y uno de los primeros del continente (desde la independencia), el Yporã, con una fornida coraza de acero, era botado en los astilleros de Asunción. Semanas antes de la muerte de Carlos Antonio López, el Paraguay era un país sin desempleados ni deuda externa. La educación era obligatoria y gratuita con casi 30.000 niños en las escuelas (resultado obtenido en menos de 15 años). Las industrias textiles, siderúrgicas y de la construcción empezaban a dar sus primeros pasos, favorecidas por las políticas proteccionistas implantadas. El Estado poseía grandes terrenos que arrendaba a los campesinos para que cultivara llamadas estancias de la patría. Todo indicaba que el Paraguay se convertiría en un punto de referencia en la economía de los países del Nuevo Mundo.3

Carlos Antonio López redactó un pliego constitucional con el cual designaba a su hijo, el brigadier Francisco Solano López, presidente provisorio, siendo obligatoria la convocatoria de una Asamblea Constituyente para la formación de un nuevo gabinete. Las últimas palabras del padre al hijo fueron: «Nunca olvide usted que la pluma es siempre más sabia y siempre resuelve mejor los problemas que la espada. Así pues, úsela con bravura pues con ella jamás le faltará la razón». El 5 de septiembre de 1862 fallecía uno de los máximos estadistas del continente, hombre poco conocido por la Historia Universal. En noviembre del mismo año, la Asamblea Constituyente resuelve nombrar a Francisco Solano López como presidente del Paraguay.

Soldado paraguayo ante el cadáver de su hijo, óleo de José Ignacio Garmendia (1841–1925).

Como «Guerra de la Triple Alianza» el conflicto se desencadenó cuando el mariscal Francisco Solano López, presidente paraguayo, decidió acudir en ayuda del gobierno ejercido por el Partido Blanco (o Nacional) del Uruguay, en guerra civil contra elPartido Colorado, apoyado militarmente por Brasil. Solano López solicitó al presidente argentino Bartolomé Mitre, el permiso para que sus tropas atravesaran la provincia de Corrientes rumbo al Uruguay para colaborar en la Defensa de Paysandú. Mitre negó tal permiso, puesto que permitir que tropas beligerantes atravesaran por su territorio hubiese constituido un abandono de la posición hasta entonces neutral de la Argentina, y porque simpatizaba con el Partido Colorado del Uruguay.

Ante la negativa mitrista, tropas paraguayas ocuparon la provincia argentina de Corrientes, lo cual forzó a Argentina a entrar en la guerra, aliada con Brasil, aunque la entrada en el conflicto fue impopular (hasta el punto de que gran parte de las tropas enviadas lo fueron forzadamente y estaban compuestas en gran medida por hombres de origen africano, esto explica por qué uno de los motes que recibieron estas tropas fuera el decambás). Brasil se favoreció entonces con la entrada de un nuevo aliado en la conflagración. La financiación de la guerra se obtuvo mediante empréstitos de firmas británicas, que veían conveniente el conflicto contra Paraguay, uno de los pocos países que no había caído bajo su tutela económica, gracias al proteccionismo que había llevado al Paraguay un gran desarrollo económico en comparación con otros estados sudamericanos.

La guerra terminó —en el combate de Cerro Corá— con una derrota total de Paraguay, que conllevó incluso un desastre demográfico: la población del país, aproximadamente 1.525.000 personas antes de la guerra, fue reducida a unos 221.000 luego de ella (1871), de los que solamente unos 28.000 eran hombres. Según otras fuentes, murieron cinco sextas partes de su población. Otros historiadores, como el argentino Felipe Pigna, ajustan estas cifras a 1.300.000 habitantes antes de la guerra, quedando reducida a 300.000 después de la misma, la mayoría sólo niños y mujeres.4

Paraguay perdió gran parte de su territorio (169.174 km²) y fue obligado a pagar una abultada indemnización de guerra: el préstamo de 200.000 £recibido de Inglaterra debió saldarse con refinanciaciones llevando la suma a 3.220.000 £.

Antecedentes


Voluntarios brasileños

La instalación de los portugueses en el Brasil significó conflictos con España que no pudieron ser resueltos con los tratados entre los dos estados ibéricos (Tratado de Utrecht, Tratado de Madrid, Tratado de San Ildefonso o de Permuta, etc.). Si en el siglo XVI la provincia ogobernación del Paraguay tenía directa salida al océano Atlántico a través de los territorios de La Guayrá o La Pinería y de Ybiazá o La Vera, esto es, territorios que corresponden actualmente a los estados brasileños de Paraná y Santa Catarina, durante el período de unión dinástica aeque principaliter5 de Portugal con los demás reinos españoles (1580-1640), no se redujo el conflicto en la región: los lusobrasileños, en complicidad con los encomenderos de Asunción, arreciaron con sus malocas esclavistas de bandeirantes y mamelucosal abrigo de la obligada pasividad de las autoridades castellanas, que en algunos eran socias de los portugueses.

En esa época los bandeirantes destruyeron las poblaciones españolas de San Francisco de Ybiazá, Ontiveros, Villa Rica del Espíritu Santo, Ciudad Real del Guayrá y las reducciones jesuíticas de San Ignacio Miní I, Nuestra Señora de Loreto del Pirapó, Santa María del Iguazú, etc. La expansión lusobrasileña no se detuvo en el Guayrá y en La Vera sino que alcanzó al curso alto del río Paraguay tras la destrucción de la ciudad de Santiago de Jerez y las misiones del Itatín en el valle del río Mboteteý (llamado actualmente Miranda por los brasileños). Los tratados de límites entre las posesiones españolas y portuguesas fueron un intento para frenar el expansionismo del Brasil portugués (y luego del estado brasileño) pero los brasileños consideraban que los accidentes geográficos que servirían de fronteras eran muy distintos de los considerados por los hispánicos. Un ejemplo de esto —y muy concerniente a Paraguay— era el río Ygureý: la opinión española —y luego la paraguaya— consideraba que el río Ygurey era el que los brasileños llamaban y llaman Vacaria (en su curso superior) e Ivinheima en su curso inferior; por lo contrario, los brasileños llamaban y llaman Ygureý (o Igureí) al pequeño río que corre mucho más al sur y que los guaraníes e hispanos llamaron y llaman río Carapá.
De este modo, al producirse de hecho la independencia paraguaya en
1811 los límites del Paraguay con el Brasil eran por el noroeste el Ygurey propiamente dicho (Ivinheima), es decir el gran afluente del río Paraná y al noreste el río Mbotetey6 (también llamado en la cartografía de la época Corrientes o Mondego7 Más aún, Paraguay mantenía por motivos históricos y poblacionales que su jurisdicción hacia el oeste abarcaba zonas del actual estado brasileño de Paraná. En cuanto a los límites paraguayo-brasileños en el Chaco Boreal, Paraguay reivindicaba la frontera del río Yaurú o, por lo menos luego en una actitud de intención conciliatoria con Brasil, la del llamado río Negro que afluye desde el noroeste al río Paraguay al norte de la Bahía Negra, por el noroeste del Paraguay Occidental retrajo sus reivindicaciones hasta el río Blanco (o Tenerý)8 que desemboca en el río Paraguay casi frente alFuerte Olimpo.

Prisioneros paraguayos

Al inicio del período de la independencia respecto al Reino de España nuevamente arreciaron las incursiones brasileñas, aunque estas se atenuaron durante el gobierno de José Gaspar Rodríguez de Francia por dos motivos principales: una política económica del Paraguay que era favorable al Brasil (apertura de zonas francas en Itapúa y en Fuerte Olimpo) y una alianza de hecho contra el afianzamiento de Rosas en laConfederación Argentina, tras la guerra que las Provincias Unidas del Río de la Plata libraron con Brasil (véase Guerra del Brasil). Sin embargo, al ser derrocado Rosas en 1852 las alianzas brasileñas se revirtieron y se acentuó la presión del Imperio de Brasil para que la república paraguaya aceptara los límites pretendidos por el estado brasileño, principalmente la cesión de las áreas de yerbales de Tacurupyta ubicadas entre el Igurey/Ivinheima y Punta Porá. Un efímero intento de conciliación fue la declaración de una zona neutral, cuya delimitación debía hacerse por vías pacíficas. Empero, hacia inicios de los años 1860 las incursiones brasileñas volvieron a incrementarse y el pacto fue violado por Brasil al fundar la Colonia militar de Dourados al sur del río Ygurey/Ivinheima.

Ante esto el estado paraguayo protestó pero trató de evitar una reacción bélica, en realidad hasta 1864 lo que intentó el estado paraguayo fue incrementar su poderío militar y su influencia en el Cono Sur. El intento de incrementar la influencia en el área sería uno de los motivos de fricción con el gobierno de Buenos Aires. Sin embargo, la situación fue precipitada nuevamente por el Imperio de Brasil cuando facilitó el derrocamiento del legítimo presidente de Uruguay,Bernardo Prudencio Berro y sus inmediatos sucesores. En efecto, bajo pretexto de abigeato, a inicios de 1864 el Imperio de Brasil conminó al presidente uruguayo Atanasio Cruz Aguirre(del partido nacional uruguayo) a que efectuara —imposibles— resarcimientos al Brasil. El llamado abigeato habría ocurrido en un sector de territorio (entre los ríos río Ibicuy y Cuareim) que había sido entregado al Imperio del Brasil por el autodenominado Gobierno de la Defensa de Montevideo en 1851, si bien nunca hasta entonces refrendados por los gobiernos«blancos» de la R.O.U.. Ante esto, en abril de 1864 Francisco Solano López se ofreció como mediador, oferta que fue despreciada por el estado brasileño. Hasta que el 4 de agosto de 1864, el ministro brasileño José António Saraiva, envió un ultimátum al gobierno uruguayo de Atanasio Aguirre amenazando con represalias por desatender las demandas planteadas anteriormente por el Brasil.

Por este motivo, el 30 de agosto de 1864 el gobierno paraguayo realizó una vigorosa protesta —conocida como Protesta del 30 de agosto— ante el ministro residente en Asunción, Cesar Sauvan Vianna de Lima, en donde afirmaba que el Brasil actuó en contra de lo establecido en el Tratado del 25 de diciembre de 1850, y que consideraría "casus belli" la ocupación militar del Uruguay; mencionando también que dicha acción atentaría contra el equilibrio de los estados de la cuenca del Río de la Plata.

Sin embargo, el 12 de octubre, el general brasileño José Luis Mena Barreto, con 12.000 hombres, se apoderó de la ciudad de Melo, en el Uruguay. Luego, entre el 9 y 10 de noviembre, elmariscal Francisco Solano López recibió la noticia de la efectiva ocupación militar del Uruguay y ordenó el 11 de noviembre de 1864 la captura del Marquês de Olinda, buque mercante brasileño que hacía regularmente el servicio de cargas y pasajeros entre Brasil y Corumbá. Al día siguiente el vapor paraguayo Tacuarí apresó al navío brasileño, que subía por el río Paraguay, luego de abastecerse en Asunción, llevando a bordo al coronel Frederico Carneiro de Campos, recientemente nombrado presidente de la provincia del Mato Grosso, quien fue hecho prisionero. La guerra abierta había comenzado y mantenido en esa condición hasta el final de la guerra junto a los oficiales que iban en el barco, la marinería fue deportada a Buenos Aires.

Desarrollo de las acciones bélicas

Frente del Mato Grosso


La guerra tuvo dos fases muy diferenciadas; la primera etapa fue la Campaña del Mato Grosso, que duró un año y estuvo caracterizada en su totalidad y exclusivamente por el enfrentamiento entre Paraguay y Brasil, fue favorable a Paraguay: las fuerzas paraguayas, siguiendo las líneas del río Paraguay y del camino de Nioaque (o Nibolaque) y el Mbotetey (o río Miranda) desalojaron a las brasileñas de las fortalezas y colonias militares de Coimbra, Alburquerque, Corumbá, Miranda, Dourados y, ya a inicios de 1865, Coxim deteniendose el avance de modo convergente hacia Cuyabá.

El fuerte de Coimbra fue atacado el 27 de diciembre de 1864 por cinco batallones de infantería y dos regimentos de caballería a pie, con un total de 3.200 hombres, armados con doce cañones rayados, una batería de treinta foguetes franceses de 24 mm, protegidos por diez embarcaciones de guerra (entre las cuales el Marquês de Olinda, adaptado) bajo el mando del coronel paraguayo Vicente Barrios (jefe de la División de Operaciones del Alto Paraguay), produciendose el abandono del fuerte dos días después por el teniente coronel Hermenegildo de Albuquerque Porto Carrero, comandante del Corpo de Artilharia de Mato Grosso, quien lo evacuó en la cañonera Anhambaí.9

La Colonia Militar de Dorados fue tomada por una columna de asalto paraguaya de cerca de 300 hombres el 29 de diciembre, muriendo se comandante el teniente de caballería Antônio João.10

Corumbá fue tomada el 3 de enero de 1865 y fortificada por los paraguayos con 6 piezas de artillería.

Ingreso argentino en la guerra


Pero, dada la enorme extensión del territorio brasileño, pese a sus victorias Paraguay no podía lograr una acción decisiva. Entonces, Francisco Solano López pide al presidente de Argentina — el general Bartolomé Mitre — permiso para que las tropas paraguayas pudieran cruzar por territorio argentino hacia el territorio uruguayo, en donde, liberando a Uruguay de los brasileños, López esperaba encontrar un aliado y un lugar de gran importancia estratégica (una salida al mar). Mitre no accedió a lo demandado por López por dos motivos; uno era obvio: si Argentina permitía el paso de tropas de un estado beligerante en esta guerra, quedaba involucrada directamente en ella; el otro motivo era la antigua relación de afinidades entre Mitre y el jefe del partido colorado uruguayo Venancio Flores, enemigo declarado de López.

Entonces, el 14 de marzo de 1865, López rompió relaciones con la Argentina. En abril de ese año inició la campaña contra la Argentina: las tropas paraguayas capturaron barcos argentinos en el río Paraná y ocuparon la ciudad argentina de Corrientes. Al mando de estas operaciones se encontraban los generales paraguayos Wenceslao Robles y Francisco Isidoro Resquín; el general paraguayo Robles, embarcado en tres vapores y encabezando a 2.000 soldados, desembarcó en la ciudad de Corrientes el 15 de abril de 1865. Ese mismo día llegó a la misma ciudad argentina una columna de caballería paraguaya que había hecho su avance por tierra. Paraguay impuso un triunvirato de gobierno interino en la provincia de Corrientes:Teodoro Gauna, Víctor Silvero y Sinforoso Cáceres,11 todos ellos miembros del partido federal, y opositores al gobierno nacional, que era detentado por continuadores del partido unitario. Este gobierno provincial, teóricamente autónomo [cita requerida], estaba supervisado por los comisionados paraguayos José Bergés, Miguel Haedo y Juan Bautista Urdapilleta.

La declaración de guerra fue ocultada por Mitre unas semanas,12 a fin de cohesionar a su alrededor a las provincias argentinas y a algunos caudillos — como Justo José de Urquiza — que consideraban que ello sería una guerra fratricida entre Argentina y Paraguay. Sin embargo, enardeció los ánimos argentinos la noticia de que algunas mujeres correntinas habían sido raptadas y llevadas a Paraguay.

La guerra fue muy popular — al menos en un principio — en la ciudad de Buenos Aires y en zonas cercanas, como Rosario en donde la prensa hacía fuerte propaganda a favor de Brasil.13Con todo, hubo en casi todo el resto de la Argentina una corriente generalizada de oposición a participar en esta guerra, hasta el punto que gran parte de los soldados enviados eran de raza negra. A diferencia de los soldados brasileños no eran esclavos, pero formaban las capas más pobres de la sociedad; tanto los negros brasileños como los argentinos eran llamados "cambás" por la población paraguaya.

Rechazo argentino a la guerra

Los ejemplos del rechazo argentino a luchar contra Paraguay abundan. Entre ellos se destacan la Sublevación de Basualdo, ocurrida en julio de 1865, en la cual ocho mil soldados argentinos — en su inmensa mayoría entrerrianos — se negaron a luchar contra Paraguay. En esa ocasión, el gobierno central se abstuvo de represalias contra los sublevados, los cuales regresaron a sus hogares. A la precedente le siguió la Sublevación de Toledo, de noviembre de 1865, que ya fue duramente reprimida con el auxilio de tropas brasileñas y floristas.14

En noviembre de 1866 se produjo en la provincia de Mendoza la llamada Revolución de los Colorados y, el 10 de diciembre, el coronel Felipe Varela se unía a la misma, lanzando la siguiente Proclama:15

¡Argentinos! El pabellón de mayo que radiante de gloria flameó victorioso desde los Andes hasta Ayacucho, y que en la desgraciada jornada de Pavón cayó fatalmente en las ineptas y febrinas manos del caudillo Mitre, ha sido cobardemente arrastrado por los fangales de Estero Bellaco, Tuyutí, Curuzú y Curupaití (...) ¡Abajo los traidores de la Patria! ¡Abajo los mercaderes de las cruces deUruguayana, a precio de oro, de lágrimas y de sangre argentina y oriental!

Nuestro programa es la práctica estricta de la constitución jurada, del orden común, la paz y la amistad con el Paraguay, y la unión con las demás repúblicas americanas.

¡Compatriotas nacionalistas! El campo de la lid nos mostrará el enemigo. Allí los invita a recoger los laureles del triunfo o la muerte, vuestro jefe y amigo.
Manifiesto de Felipe Varela

La Revolución se extendió rápidamente a las provincias argentinas de San Luis, San Juan y La Rioja.

Distraídos en la represión de estas rebeliones, Mitre y sus subalternos recién pudieron regresar a la contienda en Paraguay hacia julio de 1867. Sin embargo, en julio de 1867 la impopularidad en Argentina de la guerra contra el Paraguay provocó una nueva rebelión, esta vez en la provincia de Santa Fe.16 En 1868 estalló en la provincia de Corrientes una revolución en apoyo de la política de Mitre, cuya impopularidad obligó a distraer fuerzas militares para asegurar el triunfo de los sediciosos.

De ese modo, de los 25.000 combatientes argentinos de 1866, solo aproximadamente el 10% continuaba en 1869 en el frente, siendo en su mayoría los ex prisioneros paraguayos.[cita requerida]

Ya al concluir esta guerra, que alzó varias reconocidas voces argentinas en su contra,17 se produjo otra rebelión que tenía entre sus motivos el rechazo a la guerra del Paraguay: en abril de 1870 la población entrerriana se sumó mayoritariamente a la rebelión liderada por Ricardo López Jordán, rebelión que fue aplastada por las tropas que obedecían a los brasileños, Mitre (aunque ya oficiara como presidente Sarmiento) y los «colorados» floristas. De este modo, Argentina participó casi nominalmente en esta guerra durante el penúltimo y último año de la contienda.

La Campaña de Corrientes


Tras la ocupación de Corrientes, al mando de una tropa de 25.000 soldados, Robles comenzó su avance sobre la costa del río Paraná, ocupando todas las poblaciones hasta el río Santa Lucía, en las inmediaciones de Goya.

Simultáneamente, avanzó desde Encarnación una columna algo menor, con unos 12.000 hombres, al mando del teniente coronel Antonio de la Cruz Estigarribia. Tras ocupar Santo Tomé, una parte de la columna cruzó el río Uruguay, ocupó San Francisco de Borja el 12 de junio de 1865, y avanzó hasta ocupar el 5 de agosto Uruguayana, en territorio brasileño. Otros 3.000 hombres, al mando del mayor Pedro Duarte, ocupó Paso de los Libres, en el lado correntino del mismo río. Allí debían recibir la ayuda de la columna de Robles.

El 25 de mayo, la ciudad de Corrientes fue efímeramente recuperada por el general Wenceslao Paunero, que se vio obligado a evacuarla dos días después. El 11 de junio, la escuadra paraguaya fue destruida en un intento de sorprender a la brasileña en la batalla del Riachuelo. Ambos hechos de armas provocaron la detención del avance de la columna de Robles, que comenzó a replegarse hacia el norte, y no pudieron prestar ayuda a las columnas del río Uruguay.

Niño soldado, "tambor" de la infantería argentina

Mitre estableció en la ciudad entrerriana de Concordia el cuartel general del Ejército Aliado. Desde allí avanzó un ejército comandado por el presidente uruguayo Venancio Flores – con participación de las fuerzas de Paunero y de contingentes brasileños – en busca de la división de Duarte, que fue vencida en la batalla de Yatay.

A continuación, el ejército de Flores y un gran contingente brasileño pusieron sitio a Estigarribia en Uruguayana, donde también estuvieron el emperadorPedro II y Mitre. Tras un largo asedio, durante el cual sus tropas se vieron muy disminuidas por el hambre – y durante el cual prometió resistir hasta la muerte – Estigarribia puso fin al sitio de Uruguayana el 16 de agosto, aceptando rendirse sin condiciones. Tras la rendición, muchos soldados paraguayos fueron convertidos en esclavos en Brasil, o incorporados a los ejércitos aliados, obligados a luchar contra su patria.

Estos hechos señalaron un cambio absoluto del curso de la guerra: precipitadamente las tropas paraguayas debieron abandonar Corrientes y ponerse a la defensiva en la región paraguaya ubicada entre los ríos Paraná y Paraguay.

El frente norte quedaba también prácticamente abandonado, lo que permitió cruentas razzias de los llamados insultantemente en guaraní con el nombre de "guaycurúes" mbayás, en especial los caduveos (o kadigüegodís), aliados coyunturales de Brasil y armados entonces por ese país, otros grupos indígenas, los terenas y los kinikinaos quizás por oportunismo (al presentir la derrota paraguaya) y sobre todo por ancestrales conflictos con los gauraníparlantes, participaron también a favor del Brasil, llevando adelante una guerra de guerrillas, proporcionando asistencia a las tropas y realizando tareas de inteligencia.18 El sector noreste (los Campos de Vaquería donde se ubicaba la localidad de Tigre Manso) entre el río Ygurey y la baja cordillera de Iguatemí fueron fácilmente ocupados por Brasil al tener que reconcentrarse las tropas paraguayas en el sur.

Campaña de Humaitá o del Cuadrilátero

El 15 de abril de 1866, las fuerzas aliadas tomaron la Fortaleza de Itapirú en la margen derecha del río Paraná. A partir del día siguiente un ejército aliado de 50.000 hombres empezó a cruzar el río entrando en territorio paraguayo.19

Las primeras líneas defensivas paraguayas ubicadas en el sur eran formidables (y muy conocidas por Brasil, ya que había participado en su construcción cuando existía una "cooperación" brasileño-paraguaya contra Argentina entre 1825-1852), motivo por el cual las fuerzas coaligadas de Brasil, Argentina y Uruguay optaron por realizar un rodeo a través de la región chaqueña hasta ingresar al territorio paraguayo en cercanías de la fortaleza de Humaitá. Esta fortaleza, junto al Reducto Cierva ubicado en la margen opuesta del río Paraguay (actual provincia del Chaco), cerraban el paso hacia Asunción.

Representación artística de la Batalla de Tuyutí(1876–1885, por Cándido López).

La campaña de Humaitá duró casi tres años: desde octubre de 1865 hasta la capitulación de la plaza de Humaitá en septiembre de1868 (al capitular Humaitá las tropas argentinas rindieron honores de héroes a los combatientes paraguayos). Se libraron entonces, entre otras, las siguientes batallas: Pehuajó o de los Corrales, última al sur del río Paraná, en la que se frustró una contraofensiva paraguaya sobre territorio argentino, Estero Bellaco, Tuyutí (24 de mayo de 1866), Boquerón y Sauce, batallas en las cuales las fuerzas aliadas atacaron con poco resultado a las posiciones paraguayas, y el Combate de Curuzú, en la cual las tropas brasileñas atacaron a una reducida guarnición paraguaya en el Fuerte de Curuzú el 3 de setiembre de 1866.

La de batalla de Tuyutí, la más sangrienta en la historia de América del Sur, según la pintura de Cándido López.

El 12 de septiembre de 1866 el mariscal López se entrevistó en Yatayty Corácon Mitre en busca de un avenimiento pacífico pero la entrevista fue infructuosa debido a la absoluta oposición de Brasil a hacer una paz con el Paraguay sin una total rendición del mismo. Mitre, como el uruguayo Flores, se hallaba comprometido con Brasil por un Tratado Secreto, firmado el 1 de mayo de 1865, a no firmar por separado ningún tratado con Paraguay. No obstante, es sabido que copias de este "tratado secreto" ya circulaban por Europa por aquel entonces. La participación no declarada de Inglaterra fue fundamental para que esta conspiración "secreta" se llevara a cabo, en pos de destruir la competencia paraguaya en la industria textil y del algodón (Paraguay era el segundo productor y manufacturador de algodón en el mundo). De esta manera, Inglaterra logró deshacerse de la competencia.

El 22 de septiembre de 1866 ocurrió la Batalla de Curupayty (o Curupaití), batalla en la cual las tropas paraguayas al mando de José Eduvigis Díaz infringieron una gran derrota a los aliados. La poderosa flota brasileña al mando del marqués de Tamandaré se había comprometido a demoler ("descangayar") con su artillería, desde el río Paraguay a las grandes fortificaciones paraguayas del Fuerte de Curupayty, tal acción brasileña no se realizó o se realizó ineficazmente, las tropas argentinas —creyendo ya desmantelada la artillería paraguaya— avanzaron resuelta y casi desprevenidamente a campo traviesa, siendo prácticamente barridas por esa misma artillería a la que consideraban desbaratada (en esta acción murió Domingo Fidel Sarmiento, el hijo del futuro presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento, junto a millares de sus compatriotas). Curupayty parece haber demorado uno o dos años las acciones de los aliados.20

Campaña de Asunción

Las fuerzas paraguayas al mando del general Bernardino Caballero trataron luego de contener el avance de los aliados en Itororó y Abay, pero fueron exterminadas. El mariscal López se atrincheró en las Lomas Valentinas, pero sufrió nueva derrota. Tras esto, y al ver casi aniquilado al ejército paraguayo, las tropas argentinas prácticamente abandonaron la guerra. De este modo, sólo fuerzas brasileñas y algunos pocos contingentes uruguayos adeptos a Flores entraron en la ya indefensa Asunción, donde apenas si encontraron alguna resistencia. La ciudad fue saqueada y arrasada. Los restos del ejército paraguayo se vieron forzados a retirarse hacia el noreste, estableciéndose efímeramente la población de Luque como segunda capital paraguaya.

Ejército brasileño en el campamento de Curuzú, 20 de septiembre de 1866, por Cándido López

Casi inmediatamente tras la ocupación brasileña de Asunción, el 15 de agosto de 1869 se formó en las ruinas de esta ciudad un "gobierno provisional" o Triunvirato impuesto por Brasil. Tal triunvirato estaba constituido por Cirilo Antonio Rivarola, Carlos Loizaga yJosé Antonio Bedoya como "gobernantes paraguayos".

Estando en el Cuartel General de Pikysyry, el 8 de diciembre de 1868, López decretó el traslado de la capital paraguaya a Piribebuý(conocida en la historiografía de los entonces aliados como Peribebuy). Allí marcharon el vicepresidente Sánchez y la legación del ministro plenipotenciario (embajador) de los Estados Unidos de América el general Martin McMahon. A medida que se producían los sucesos de Ita Ybaté y la reorganización del ejército paraguayo en Azcurra, la madre y hermanas de López con su esposa, MadameElisa Lynch y los hijos del Mariscal se establecieron temporalmente en Piribebuý.

Campaña de las Cordilleras

A fines de julio de 1869, el brasileño Conde D'Eu, Príncipe Gastón María de Orleáns, yerno del Emperador Pedro II emprendió la campaña de Las Cordilleras atacando Ybytymi, entrando el 4 de agosto de 1869 a Sapucay, luego a Valenzuela, llegando el 10 de agosto a Piribebuý. Se considera que el de Piribebuý fue uno de los pueblos que más padeció la guerra: degüellos masivos y violaciones. Según las fuentes paraguayas unos veinte mil aliados (casi en su totalidad brasileños) contra mil seiscientos defensores y un centenar de mujeres a las que se recuerda como "Las Heroínas de Piribebuý".

El pueblo fue cercado e intimada la rendición al comandante Pedro Pablo Caballero, quien contestó textualmente: "-Estoy aquí para pelear y si es necesario morir, pero no para rendirme-". Al amanecer del 12 de agosto, previo bombardeo, se inició el ataque. La batalla duró cinco horas.

El general brasileño Juan Manuel Mena Barreto iba a la cabeza de las fuerzas aliadas, siendo rechazado dos veces. Al llegar al arroyo Mboreví, en la tercera carga, fue herido con una bala de fusil en la ingle. Se adelantaba el general para envalentonar a sus huestes, cuando el capitán Manuel Solalinde ordenó a uno de sus mejores tiradores, el cabo Gervasio León, que lo abatiera. Y así lo hizo. Mena Barreto expiró a orillas del arroyo. El brasileño conde D’Eu, dominado por la ira, ordenó entonces que se pasara a todos a degüello, sucediéndose en Piribebuý los actos más avergonzantes de la guerra.21

El hospital de Piribebuý fue incendiado luego de que se cerraran todas las puertas y ventanas con 600 heridos, médicos y enfermeras dentro.22

El Archivo Nacional de la República fue sacado a la calle y con los documentos históricos se hicieron fogatas. Los documentos que se salvaron fueron confiscados y llevados a Río de Janeiro. Según la expresión de los testigos paraguayos, la sangre corría por las calles como agua de lluvia, cuando se degolló a 900 prisioneros.

Ante tales atrocidades, el de Piribebuý (o Peribebuý) fue el último combate con alguna participación argentina.

El Museo Histórico "Comandante Pedro Caballero" expone objetos recuperados de la guerra contra la Triple Alianza y otros objetos antiguos de tiempos de la colonia.

Días después, siendo el penúltimo año de la guerra, entre el 15 y 16 de agosto de 1869, se produce la batalla de Acosta Ñu. El pueblo de Acosta Ñu fue sitiado por fuerzas brasileñas; en la plaza principal la iglesia fue quemada al igual que los edificios más importantes. Todos los documentos originales del establecimiento fundado el 8 de marzo de 1636 fueron allí quemados por las tropas invasoras, a las que sólo pudieron oponerse adolescentes y niños mal armados (casi exclusivamente con palos, hondas, lanzas y machetes). La batalla de resistencia a los brasileños en Acosta Ñu comenzó en el poblado y se extendió hasta los bosques que le rodean, tales bosques fueron incendiados por las tropas brasileñas muriendo así la mayor parte de los niños que se resistían.

Es por este motivo que se conmemora en Paraguay ese acto de heroísmo declarando al 16 de agosto como Día del Niño, honrando aquella juventud devastada.

El pueblo paraguayo siguiendo a Francisco Solano López inició la más sacrificada campaña a través de la cordillera de Amambay. El presidente, junto a los escasos supervivientes, se establecieron en Cerro Corá. El 14 de febrero de 1870, el ejército se retiró hasta Cerro Corá.

Una columna brasileña despachada desde Concepción, al mando del general Correia da Câmara, se enfrentó el primero de marzo con el ejército de 200 hombres del mariscal López. Éste fue herido de un lanzazo en el bajo vientre y de un sablazo en la frente. Auxiliado, llegó a orillas de casi las nacientes del río Aquidabán, donde fue alcanzado por las tropas al mando de Correa da Cámara, quienes le intimaron a la rendición. El Mariscal López se batió sable en mano hasta el final. Su última frase sigue siendo hasta la fecha una materia de controversia. Algunos historiadores señalan que dijo: «¡Muero por la Patria!» y otros: «¡Muero con la Patria!». Negándose a entregar su espada fue herido por otro soldado que lo ultimó de un tiro al corazón. Los historiadores que sostienen que las últimas palabras del presidente paraguayo fueron «¡Muero con la Patria!» lo hacen en base a la convicción de que éste pensaba que tras el término de la guerra las tierras del Paraguay iban a ser anexadas al Brasil.

Según cuenta la leyenda, el mariscal Francisco Solano López antes de morir, intentó tragarse la bandera paraguaya, con la intención que los enemigos no se la llevaran como un trofeo.

Armada paraguaya

Durante la guerra el Paraguay contó con los siguientes barcos de guerra:

  • Tacuarí: 421 toneladas, 6 cañones
  • Paraguarí: 627 toneladas, 4 cañones
  • Ygurey: 548 toneladas, 5 cañones
  • Yporá: 205 toneladas, 4 cañones
  • Márquez de Olinda: 300 toneladas, 4 cañones (capturado al Brasil)
  • Jejuí: 120 toneladas, 2 cañones
  • Salto: 250 toneladas, 4 cañones (capturado a la Argentina)
  • Pirabebé: 120 toneladas, 1 cañón

Contó además con 6 lanchones artillados con un cañón cada uno y 14 unidades auxiliares de menor tonelaje, entre ellos el Yberá.23

Consecuencias [editar]

En naranja, territorios perdidos por Paraguay (según la historiografía paraguaya); en verde, territorios disputados que pudo retener.

Al finalizar la guerra, Brasil obtuvo todos los territorios que deseaba y Paraguay quedó transformado en un estado satélite del Brasil, hasta el punto que el brasileño barón de Rio Branco era llamado casi oficialmente en Brasil «virrey del Paraguay» (o Virrei do Paraguaí). La ocupación brasileña perduró hasta 1876, tras la firma del Tratado de Cotegipe, por el cual Brasil ocupaba territorios ancestralmente paraguayos y obtenía «reparaciones» y diversas concesiones económicas.

En cuanto a las cuestiones limítrofes con la Argentina, estas fueron más complicadas: en 1870, ante lo que parecía una anexión de Paraguay al Brasil, la Argentina reclamó todo el Chaco Boreal desde el cruce del paralelo 22ºS con el río Pilcomayo hasta la Bahía Negra del río Paraguay (casi en los 20ºS). Aunque, poco tiempo después, las pretensiones argentinas sobre el Chaco Boreal se redujeron al territorio al sur del río Verde, territorio que tenía por capital a Villa Occidental (La antigua Nueva Burdeos, la actual Villa Hayes) ocupada por el hermano de Bartolomé Mitre, Emilio Mitre. Pero poco tiempo después, también renunció a este territorio al serle desfavorable el laudo arbitral solicitado al presidente de los Estados Unidos, Rutherford Hayes (por lo que la Argentina quedó fuera del Chaco Boreal).

En cambio, la Argentina confirmó su posesión sobre un territorio también hasta entonces litigado, el ubicado entre los ríos Pilcomayo y Bermejo, o Chaco Central (territorio sobre el cual tanto la Argentina como el Paraguay habían hecho reclamaciones; y sobre el cual, hasta después de 1870, ningún estado había ejercido soberanía efectiva. Ese territorio del Chaco Central había estado en el control de los mal llamados (en guaraní) guaycurúes, etnias sin estado, como las de los qomlek, pilagá, ashluslay y tapieté, casi todas ellas acérrimas enemigas de Paraguay). Recién con las campañas del comandante argentino Luis Jorge Fontana, posteriores a la Guerra de la Triple Alianza, el territorio fue controlado por la Argentina; actualmente corresponde a la Provincia de Formosa.

Por el este, Paraguay debió devolver a la Argentina la provincia de Misiones que, aprovechando la guerra civil en Argentina, el estado paraguayo regido por el doctor Francia había ocupado en 1838. En rigor, el control «efectivo» que Paraguay tuvo entre 1838 y 1865 sobre alguna parte de la Misiones mesopotámica se reducía a las adyacencias de la Trinchera de San José (nombre que el estado paraguayo dio a la ciudad de Posadas) y la ruta que desde la misma llevaba hasta el río Uruguay. La isla del Cerrito en la confluencia de los ríos Paraná y Paraguay, permaneció ocupada por Brasil hasta 1873, fecha en que fue cedida a la República Argentina.

En cuanto a la República Oriental del Uruguay, el único beneficiario fue Venancio Flores y sus allegados del Partido Colorado uruguayo.

Ante las imposiciones brasileñas al Paraguay, el estado argentino expresó su protesta a través del ministro de relaciones exteriores (Mariano Varela) con una frase que buscaba limitar las pretensiones del Brasil mediante la mesura argentina:

El Gobierno Argentino ha sostenido hace muy poco tiempo —en discusiones con el representante de su majestad el emperador del Brasil— que la victoria no da derecho a las naciones aliadas para declarar por sí límites suyos los que el tratado señala [el denunciado «Tratado secreto»].

Sin embargo, la paz no fue demasiado costosa para el Paraguay en cuanto a territorio, ya que los aliados no impusieron la paz de forma conjunta, sino que por separado lo que dio la oportunidad al bando perdedor a a discutir derechos sobre los territorios en litigio, a los diplomaticos aliados les fue imposible imponer una paz conjunta, por los intereses contrapuestos de sus gobiernos,debiendo ceder en varias de sus ambiciones para no terminar en el cierre de las relaciones diplomaticas con sus aliados.24

El resultado más terrible de esta guerra fue la masiva mortandad de la población paraguaya (en especial de varones). Las cifras de población paraguaya muerta por causas directas (acciones bélicas) e indirectas (hambre, estrés, pestes como la del cólera) aún son variables, pero todos los autores serios aceptan que murió más de la mitad de la población paraguaya, disminuyendo de 1.200.000 a solo un poco más 400.000, siendo la mortandad masculina quizás de un 90%. En un estudio de la historiadora norteaméricana Bárbara Ganson de Rivasconsidera que los calculos clásicos de los historiadores paraguayos son una exageración, para ello recoge el censo de Paraguay de 1846 que conto 238.862 habitantes (aunque grandes partes del territorio no son incluidas en el censo), calcula que la población se reduce fuertemente calculando la cifra en 440.000, pero niega la cifra pesimista de 937.500;25 1.100.000; 1.200.000;26 1.304.000 muertos que algunos defienden.27 La historiografía argentina reconoce una reducción de la población de 500.000 a 116.000 sobrevivientes.28

Las consecuencias de mortandad indirecta debidas a esta guerra afectaron también a la población civil de gran parte de Argentina y Uruguay (sólo en la ciudad de Buenos Aires fallecieron más de 20.000 personas por la peste del cólera originada en Paraguay durante el conflicto), asimismo en la región riograndense se considera que fallecieron unos 60.000 civiles en su mayoría debido a la misma epidemia. La mayor parte de los pocos sobrevivientes del ejército paraguayo, en su mayoría niños y adolescentes, fueron a marchar como esclavos a los cafetales paulistas. También destaca el caso de los afro-argentinos, que según todos los historiadores de ese país sufrieron un gran número de bajas ya que eran reclutados de manera desproporcionada, lo que según la historiografá clásica llevó a su desaparición. Posturas más criticas acusan que el reclutamiento y masacre de ese grupo fue de manera intencional, ya que era parte del proceso de blanqueamiento de Argentina.29 30 El ejército brasileño también era formado en su mayoria por negros (esclavos y libertos) con un oficialidad blanca.31 Se calcula que 50.000 argentinos,32 168.000 brasileños y 3.000 uruguayos murieron en la guerra.24

La otra consecuencia, que no pudo evitar Paraguay, es que al año del fin del conflicto cayó sobre el país su primer empréstito de los bancos británicos, valorizado en 1 millón de libras esterlinas, «entregado» al nuevo gobierno títere de Paraguay, pero que a la economía nacional llegó menos de la mitad. El esfuerzo bélico fue muy costoso económicamente también paraBrasil, el Imperio quedo muy endeudado con los británicos, y seguiría perdiendo dinero aún después de la guerra, por la ocupación. Algunos historiadores brasileños consideran aquella guerra el inicio de la deuda externa de ese país. En tanto que Argentina aunque no pudo anexar todos los territorios que deseaba, para Mitre fue bastante beneficiosa ya que fortaleció su posición política, lo mismo sucede con Buenos Aires puerto que pasa a liderar al país como un centro económico, cultural y político; aunque al igual que su aliado la económia argentina fue muy afectada y no pudo recuperarse hasta la masiva inmigración europea que la convertiria en una potencia.27 La deuda externa de Brasil paso a ser de 56 millones de libras esterlinas, la de Argentina de 9 millones y la uruguaya de 248.000.24

El ferrocarril nacional y las nacientes industrias fueron intervenidos piratescamente por las compañías británicas correspondientes y la producción agrícola fue puesta bajo su control a través de empresarios brasileños y fuerzas militares brasileñas financiadas por éstos y por los inversionistas ingleses. Esta guerra cortó de un tajo el desarrollo ulterior de Paraguay como nación y los signó, hasta la actualidad, bajo la égida de Gran Bretaña y Estados Unidos.

Polémica actual

En fechas recientes, la presidenta argentina Cristina Fernández en un discurso público elogió a Francisco Solano López, calificando a la Triple Alianza como una Triple Traición a los intereses de Latinoamérica frente a los imperialismos, a ello se sumó que el ejército argentino decidió denominar a una unidad militar con el nombre de Mariscal Francisco Solano López. A ello respondió el editor de La Nación, tataranieto del general Bartolomé Mitre (fundador del mismo diario), comparando a Solano López con Adolf Hitler. Este editorial provocó una respuesta enérgica en la intelectualidad paraguaya y también entre intelectuales de izquierda en general.33 34 35 Una de las respuestas más enérgicas fue realizada por el Dr. Rubén Luces León a través de un artículo directamente relacionado al editorial del diario La Nación de Argentina, este fue publicado por el portal de opiniones La Rueda. Al respecto, Cristina Fernández de Kirchner expresó «Algun medio de comunicación, fundado tal vez por uno de los que encabezó aquella triple traición, me criticó duramente. No importa, la verdad histórica no puede taparse con editoriales. Está escrita, desgraciadamente a sangre y fuego en el corazón del pueblo paraguayo».36 La política del gobierno totalitario pero indiscutiblemente popular y nacionalista de Gaspar Rodríguez de Francia no era bien vista por el gobierno británico, representante de los múltiples consorcios ingleses que en esa época tenían el predominio de las inversiones y las ganancias en América del Sur. Tanto las acciones de los brasileños como el partido colorado del Uruguay de entonces y por último la actitud de Mitre, tenían detrás la poderosa influencia política y el financiamiento económico de la potencia británica, que no escatimó dinero y esfuerzos «diplomáticos» para exterminar el esfuerzo de independencia y soberanía del Paraguay.La acción políticamente irreflexiva del Mariscal Solano López de invadir el Uruguay a través de Misiones, forzó la guerra contra Argentina, y arrastró tras sí al Uruguay. A partir de ese momento el destino de Paraguay estaba definido. Como había permanecido al margen de las luchas independentistas de los últimos cuarenta años, no tenía experiencia militar ni oficiales competentes. En poco tiempo debió retroceder y refugiar sus tropas en Humaitá, intentando sólo posponer la inevitable derrota.Y con referencia a la catastrófica destrucción de vidas provocadas por esa guerra, y la aceptación del pueblo paraguayo de luchar hasta su virtual extinción, varios historiadores bucean en la atípica historia paraguaya, condicionada por su geografía (que la convertía en una especie de «nación insular», aislada de los territorios vecinos por cientos de kilómetros de selvas)

Devolución de los trofeos de guerra

Devolución de los Trofeos de Guerra tomados por el Uruguay a la República del Paraguay, realizada en mayo de 1885

En 1885, durante la presidencia de Bernardino Caballero, la República Oriental del Uruguay, siendo presidente el general Máximo Santos, realizó la devolución de los trofeos de guerra al Paraguay y la condonación de su deuda de guerra. La delegación fue presidida por el Ministro de Guerra general Máximo Tajes y acompañada por la Banda de Músicos y una Sección del Batallón 5° de Cazadores. Por este gesto la plaza San Francisco (en Asunción) cambió de nombre por el de República del Uruguay.

El 16 de agosto de 1954 el presidente argentino teniente general Juan Domingo Perón, entregó en Asunción al presidente paraguayo general Alfredo Stroessner los trofeos de guerra que las fuerzas argentinas habían conquistado a las paraguayas. Los trofeos devueltos fueron trasladados en los rastreadores de la Armada Argentina: ARA King y ARA Murature.

Vengo como un hombre que viene a rendir homenaje al Paraguay en el nombre de su sagrado mariscal Francisco Solano López y hago llegar el abrazo del pueblo argentino a esta Patria tan respetable y tan querida. En nombre de esa amistad y de esa devolución del pueblo argentino, pongo en manos del mandatario de este pueblo, como las reliquias, el testimonio de nuestra hermandad inquebrantable.37

En cuanto a los gastos de guerra que el Paraguay debía pagar como indemnización a los aliados, de acuerdo al artículo 14 del tratado del 1 de mayo de 1865, la República Argentina liberó al Paraguay de la continuidad de los pagos el 12 de agosto de 1942 (presidencia de Ramón Castillo), mientras que Brasil lo hizo el 4 de mayo de 1943 (presidencia de Getúlio Vargas).